Una persona segura de sí misma atrae más
oportunidades que alguien que no lo es. Quien tiene confianza en sí mismo
conoce sus capacidades y las expone, mientras que quien no lo es tendrá tantos
miedos que éstos le impedirán demostrar sus virtudes.
Ser personas seguras puede abrirnos
muchas puertas, desde conseguir un trabajo hasta emprender un
proyecto sin miedo al fracaso. Incluso en los momentos más difíciles, la
seguridad nos ayudará a levantarnos y realizar proyectos exitosos.
Sé por experiencia que, cuando las cosas
parecen no salir muy bien, pensar de manera positiva acerca de nuestras
habilidades nos ayuda a comprender que si algo falló no es por falta de
capacidad, sino porque en eso consiste la vida: en emprender,
fallar, levantarse y ganar. Todos los emprendedores fallan
en algún momento. No tener miedo a fallar es una característica de las personas
seguras.
¿Cómo
convertirnos en personas seguras?
Aunque para muchos no sea una tarea fácil, podemos
convertirnos en personas seguras siguiendo algunos pasos muy sencillos. Según
el psicólogo francés Émile Coué, si repetimos vez tras vez “soy una persona
segura” terminaremos creyéndolo y actuando como tal, porque la mente es capaz
de producir un comando precondicionado cuando así se requiera. Si somos
seguros, transmitiremos a los demás ese sentimiento y ellos también terminarán
por creerlo.
Sin embargo, no basta solo con creer que somos
seguros: también debemos trabajar con nuestra imagen para que transmita esa
seguridad a los demás. De acuerdo con estudios diversos, las personas que saben
proyectar una imagen correcta son contratadas más rápidamente que
las que no se preocupan por ese tema… e incluso suelen recibir mejores
salarios.
Éstas son algunas claves para proyectar seguridad
por medio de tu postura e imagen:
1. Tono de voz. En el mundo de los
negocios, un tono de voz adecuado es la clave para transmitir seguridad. Es
importante que seas escuchado, pero hablar demasiado fuerte podría transmitir
prepotencia. Por el contrario, hablar muy bajito podría hacerte perder
credibilidad.
2. Dicción. A la hora de entablar
conversaciones con otros, lo mejor es hablar de forma pausada. No
pronunciar bien las palabras puede ser un indicador de inseguridad; da la
impresión de que no creemos en lo que decimos, y el oyente lo notará provocando
que el mensaje se pierda.
3. Gestos. Los gestos son una parte esencial
del lenguaje corporal, pues dan pie a un sinfín de malinterpretaciones. Cuando
no comprendemos algún tema podemos hacerlo saber con los gestos: abrir mucho
los ojos es señal de que no estamos entendiendo, cerrar los labios con fuerza
transmite tensión o que tratamos de mantener el control de nosotros
mismos.
4. Sonrisa. Éste es uno de los
elementos más importantes de la comunicación no verbal. Sonreír de manera
natural proyecta tranquilidad, confianza en uno mismo y capacidad de
socializar. Ojo: no sonrías todo el tiempo o correrás el riesgo de transmitir
falsedad.
5. Saludo. Cuando llegues a un lugar
es imprescindible saludar a todos los presentes, los conozcas o no. Acércate,
preséntate y ofréceles tu mano.
6. Postura. Sentarte de
manera erguida transmitirá seguridad. Por el contrario, ver hacia el suelo o
doblar los hombros te hará ver como una persona que no cree en sí misma.
7. Caminado. Modera tu paso.
Una persona que camina muy rápido puede parecer desesperada,
asustada o estresada. Una persona segura camina derecho y con buen ritmo.
8. Forma de sentarse. Siéntate
erguido y evita moverte cada dos segundos. Mover los pies, las manos o cambiar
constantemente de transmite inseguridad y nerviosismo.
9. Ropa. Asegúrate de
usar ropa limpia, bien combinada y acorde con la ocasión. Evita los accesorios
llamativos: no querrás que éstos se roben la atención de tus interlocutores.
10. Mirada. Cuando te dirijas a
alguien, míralo
siempre a los ojos. Lo mismo cuando alguien más se dirija
a ti. Evita mirar al suelo o a algún punto perdido en el espacio.
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