1. Asume que el entorno ha
cambiado
2. Deja de buscar
explicaciones
3. Decide que harás lo que
haga falta hacer
4. Identifica en qué
situación estás
5. Recorta todos los gastos
que no sean imprescindibles
6. Aumenta tus ingresos
7. Elimina la deuda mala
8. Sé prudente con el manejo
de tu dinero
9. No te dejes llevar por
las noticias
10. Aumenta tu educación
financiera
1.
Asume que el entorno ha cambiado.
Las cosas ya no son como
eran antes así que no puede seguir haciendo lo mismo que hacías, tienes que
cambiar y adaptarte al entorno. Disponte a incorporar nuevos hábitos que te den
mayores posibilidades de éxito en ante esta nueva situación. Cuanto antes
asumas esa premisa antes saldrás adelante.
2.
Deja de buscar explicaciones.
Quizás sacies tu curiosidad,
y eso está bien, pero buscar explicaciones nunca ha cambiado lo que se tiene.
Para conseguir nuevos resultados tienes que centrarte en hacer cosas
diferentes. Comprender, por sí mismo, no es algo que vaya a mejorar tu
situación. Saber si en el origen del problema está el Banco Central Europeo, la
crisis de las Subprime, los especuladores en materias primas, o un grupo de
conspiradores, no cambiará el hecho de que tienes que hacer tus deberes. Lo que
consigues es fruto de lo que haces, y si no obtienes lo que quieres vas a tener
que hacer un conjunto distinto de cosas.
3.
Decide que harás lo que haga falta hacer.
No conseguirás salir
adelante si no estás dispuesto a cambiar. Tienes que aceptar que el entorno
reclama un nuevo curso de acción y nuevos hábitos, y luego decidir que harás lo
que sea necesario hacer. Si eso implica renunciar a ciertos hábitos de consumo,
cambiar lo que comes, cómo te diviertes y qué haces en tu tiempo libre,
asegúrate que estás dispuesto a hacerlo. Si no estás convencido de que harás lo
que sea necesario te estás condenando a un dolor mayor del necesario. No hay
merienda gratis: si quieres salir adelante, cuanto antes aceptes tu
responsabilidad mejor te irá.
4.
Identifica en qué situación estás.
Tienes que comenzar a
interesarte por tu economía doméstica. Recopila las facturas que tienes que
pagar y captura todos los gastos que tienes durante una semana. De esta manera
podrás saber qué haces con el dinero que ingresas. Es básico que conozcas qué
hábitos tienes ahora mismo para poder identificar aquellos que son susceptibles
de ser mejorados. Si haces cosas que no van a favor de tu mejor interés lo más
efectivo es que las cambies.
5.
Recorta todos los gastos que no sean imprescindibles.
Nadie sabe qué va a pasar
mañana. No somos adivinos ni tampoco nos hace falta. Lo que sí está claro es
que estar preparado te pone en ventaja. Analiza tus hábitos de consumo e
identifica partidas que puedes reducir. Quédate solamente con lo imprescindible
y deshazte de todo lo demás. Tú eres quien decides qué cosas te parecen
necesarias y qué otras pueden esperar, pero entiende que no puedes seguir
gastando como hasta ahora cuando en el horizonte se cierne la amenaza de la
incertidumbre. Sé conservador, ya vendrán tiempos mejores y ahorrar nunca ha
hecho daño a nadie.
6.
Aumenta tus ingresos.
Tu capacidad de ahorro es la
diferencia entre lo que ingresas y lo que pagas. Utiliza tu creatividad para
aumentar tus ingresos y céntrate en hacer lo que esté en tu mano para
conseguirlo. Piensa que en toda fortaleza hay una debilidad y en toda debilidad
una fortaleza. La crisis no nos afecta a todos por igual: las tiendas de
objetos de segunda mano y los negocios de cobro de morosos están facturando más
que nunca. ¿Qué podrías hacer tú para aprovechar esta situación?
7.
Elimina la deuda mala.
No contraigas más deuda para
hacer frente a la deuda que tienes ya. Si tienes un préstamo no pidas otro para
pagar el primero. Eso tendría el mismo sentido que el dar alcohol a un borracho
para ver si así mejora su lucidez. Si estás en un agujero deja de cavar,
céntrate en reducir tus gastos y en aumentar tus ingresos.
8.
Sé prudente en el manejo de tu dinero.
La oportunidad de inversión
del año, aparece solamente una vez cada semana, así que no te lances a mover tu
dinero de forma precipitada porque te parezca que estás delante de una buena
oportunidad. En estos tiempos turbulentos hay inversores profesionales que
están haciendo su verano. Ya conoces el dicho: a río revuelto ganancia de
pescadores. Lo que tienes que tener en cuenta es si tú eres pescador… o
pescado.
9.
No te dejes llevar por las noticias.
Infórmate en varias fuentes
distintas y sé prudente a la hora de sacar tus conclusiones. Lo que se publica
en los medios muchas veces está diseñado para favorecer los intereses de los
inversores profesionales. No te precipites y entiende que muchos periodistas
que no saben qué está pasando tienen la presión de explicarlo de manera que su
material sea leído. No tomes tus decisiones presa del miedo colectivo. Mantén
tu cabeza fría y adquiere perspectiva.
10.
Aumenta tu educación financiera.
Algunas personas no están
tan preocupadas ante esta situación como otras. Ellas se sienten preparadas y
quizás hace tiempo que esperaban que algo parecido sucediera. Ahora actúan, no
reaccionan. Vives en la era de la información y el conocimiento, aprovecha todo
ese material que está a tu disposición para aprender a tomar mejores
decisiones. Recuerda: en todo problema hay la semilla de la oportunidad.
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