En la
columna de hoy, vamos a explayarnos sobre las conductas típicas, en relación
con el dinero y los ahorros, de dos rangos etarios: el que va de los 20 a los
30 y el que va de los 30 a los 40 años. Por supuesto, brindaremos consejos para
mejorar ese vínculo.
Jóvenes de 20 a 30 años
Características principales: no importa si estamos
hablando de quienes aún se sienten adolescentes o de los "neosolteros". En ambos extremos, nos encontraremos
con los millennials, aquellas personas nacidas entre 1981 y el año
2000.
Actualmente, este segmento agrupa a más de 76
millones de personas en Estados Unidos, de acuerdo con un estudio de Deloitte. Para el año 2025, se calcula que
representará el 75% de la fuerza laboral en el primera potencia mundial.
Los
millennials poseen determinadas características sociales que los distinguen del
resto. Desde el punto de vista del dinero, lo que se destaca es la aversión a
los bancos, la preferencia por el consumo en detrimento del ahorro, el objetivo
de viajar en el corto y mediano plazo y el deseo de emprender antes que de
hacer carrera en una empresa.
Relación con el dinero: sin importar la extracción
social, entre los 20 a los 30 años se produce el mayor derroche de dinero.
Desde el punto de vista del ahorro, la batalla entre el "yo presente"
y el "yo futuro" que hemos analizado en columnas anteriores alcanza su mayor
temperatura, puesto que el retiro y la vejez suelen verse como algo muy lejano.
Por ello, es bajísima la proporción de adolescentes que deciden ahorrar
pensando en las décadas venideras.
Además,
en este rango de edades es muy común que el objetivo sea el consumo para
aparentar, como la compra de lo último en tecnología o en indumentaria. De
hecho, los nombres de las marcas tienden a formar parte de un lenguaje visual
que distingue a los jóvenes entre ellos. Quien no puede acceder a esas marcas
corre el riesgo de sentirse excluido. Este tipo de comportamiento se conoce
como "la trampa del estatus".
Ahorro
sugerido en esta etapa: así como los bebés aprenden a dar con esfuerzo y
paciencia sus primeros pasos, en esta etapa se deben crear los hábitos
fundacionales del ahorro.
Como objetivo principal, un joven debería separar
un 10% de su salario mensual bajo el lema "páguese usted primero" a partir de sus frescos
20 años, para llegar a los 30 con un acumulado equivalente a un año de ingresos
como paraguas para los días de tormenta.
Si entrás
en este grupo etario y ganás 20.000 pesos netos por mes, deberías ponerte como
objetivo llegar a los 30 años con un ahorro de al menos 120.000 pesos (valor
actual). Si lo lográs, podrás ir aumentando tu capital invirtiéndolo
constantemente hasta encontrarte con un monto que te facilite la vida
económica.
Gracias a la magia del interés compuesto, quienes son afortunados y pueden ahorrar
500 dólares por mes desde los 20 años, a los 45, luego de invertirlos a una
tasa razonable del 5% anual, contarán no con 150.000 dólares sino con 300.000.
De 30 a 40 años
Características
principales: en esta
camada nos encontramos con un mix entre los primeros millennials y los últimos
miembros de la Generación X (nacidos entre 1960 y 1980). Nietos de inmigrantes
en su mayoría, en esta generación aún se observan los últimos vestigios de lo
que Alvin Toffler llama "La Segundo Ola", que surge con la Revolución
Industrial en el Siglo XVII y se expande hasta 1970. El sacrificio, el techo
propio como objetivo primordial y el cuidado de la familia son valores que
abundan.
Relación
con el dinero: actualmente,
esta es la edad en la que se suelen tomar las "grandes decisiones",
algunas de las cuales pueden desembocar en errores financieros que luego se
lamentan.
Uno de
los errores más comunes desde el punto de vista financiero pasa por los
matrimonios que terminan pronto y dejan a ambas partes en una situación
económica menos favorable que antes de la unión, ya sea por bienes compartidos
que en el apuro se venden a precios bajos o por separaciones conflictivas donde
los mayores beneficiados son los abogados.
Otro error
típico de esta edad pasa por tener "entre ceja y ceja" el objetivo
del techo propio y endeudarse hasta la coronilla para poder cumplirlo
hipotecando una porción importante de los ingresos futuros.
Ahorro
sugerido en esta etapa: con la base de un ahorro que ya debería superar el ahorro
"para emergencias" (6 meses de salario mensual), es hora de prestar
atención a consejos como los que brinda Robert Allen en su libro
"Múltiples fuentes de ingreso".
Allí,
explica la conveniencia de ver el dinero como agua que fluye desde una cascada
hacia distintas cuencas. La primera cuenca debería ser, como ya señalamos, la
del ahorro para los gastos de emergencia. En el caso de un sueldo de 20.000
pesos mensuales (serían 120.000 los que necesitaríamos para completar este ítem
y tener seis meses asegurados), la fuente del 10% de ahorro mensual desbordará
hacia la cuenca de las inversiones conservadoras, que debería llenarse al
llegar a dos sueldos anuales completos (480.000 pesos en el ejemplo), contemplando
los 120.000 de la cuenca destinada a los gastos de emergencia.
Luego
llegaría el turno de las inversiones moderadamente riesgosas y las inversiones
de alto riesgo.
Conclusión
¿Dónde
estoy y donde debería estar, financieramente hablando? Esta es la pregunta que
debemos plantearnos para construir nuestro futuro cuando todavía tenemos la
energía necesaria para hacerlo.
No
interesarse por estos temas y vivir el presente como si no hubiese un mañana es
sin duda una decisión más cómoda, pero esa comodidad nos terminará pasando
factura en tiempos más vulnerables de nuestras vidas.
Para
evitar el mal paso y poder disfrutar a pleno, les recomiendo seguir los tips de
ahorro que aquí expusimos y que, un día, enseñarás a tus familiares y amigos
con mucho orgullo.
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